Hoy conmemoramos el 39 aniversario de la fundación del PRD en una coyuntura muy compleja y peligrosa que nuevamente pone riesgo a la institucionalidad democrática de Panamá, y que pone a prueba nuestra capacidad de enfrentar el reto de orientar a nuestro pueblo hacia un futuro de progreso con justicia social y equidad.

Escogimos esta fecha para la celebración de nuestro V Congreso Extraordinario, no sólo para resaltar su importancia, sino para hablarle desde esta tribuna a los más de 500,000 ciudadanos que forman parte de nuestra organización política sobre nuestros avances, y a todo el pueblo panameño sobre nuestra visión del Panamá del futuro: Un País de esperanza y oportunidades para todos.

Hoy nos acompañan los miembros de una nueva comisión asesora del CEN, constituida por todos los expresidentes de la república del partido, quienes en un gesto de unidad y desprendimiento pondrán toda su experiencia a disposición del PRD y del país. Les pido que se pongan de pie y los saludemos con un fuerte aplauso.

Hoy nos acompaña un componente importante de aquella generación de fundadores que fueron testigos y protagonistas de los grandes cambios que lideró Omar Torrijos para consolidar nuestra soberanía y poner nuestro principal recurso al servicio del desarrollo nacional y no al servicio de los intereses geopolíticos de una potencia extranjera; nos acompañan quienes vivieron los cambios sociales y políticos que transformaron a Panamá en una nación libre, con un modelo de participación ciudadana democrático y popular, jamás vivido hasta ese momento. Ellos pueden dar fe de que el momento que vivimos guarda muchas similitudes con las circunstancias que antecedieron al golpe de estado de 1968; ellos pueden dar fe de que el modelo político en el que hemos degenerado casi 50 años después coloca nuevamente a los intereses de sectores económicos con el control del poder del estado, un modelo que privilegia el interés de pocos por encima de los intereses de la nación.

Un modelo que promueve la corrupción en todos los niveles sociales y que ha degradado nuevamente a la clase política al clientelismo electoral. Un modelo que debemos derrotar y superar, ya no a través de las armas sino democráticamente, convirtiendo nuevamente la gestión pública en una vocación y un servicio, y no en un negocio como lo han convertido los gobiernos de Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela.

Al PRD lo fundaron Torrijos y su generación, no para competir jugando a la democracia electoral y clientelista, en la que los partidos y sus actores no son más que títeres al servicio de quienes realmente gobiernan, sino que lo fundaron con el propósito de darle a nuestro pueblo, generación tras generación, un instrumento de lucha permanente por las grandes transformaciones pendientes de nuestra sociedad.

Ha llegado la hora de que esta generación de torrjistas asuma su rol de liderazgo y ponga este partido al servicio de la nación, sacando a los mercaderes del templo de la política, y brindándole a Panamá la visión de un futuro esperanzador.
Es así, con ese propósito con el que hemos llegado aquí. Agradecemos la presencia de nuestros invitados especiales, de misiones diplomáticas o de gremios de nuestra sociedad. Queríamos que fueran testigos de que este es un partido que se organiza y levanta esta vez, no para ganar una elección, sino que se prepara para hacer el mejor gobierno posible y hacer de Panamá un país para todos a partir del próximo año.

Tenemos una propuesta de visión hacia el futuro que aunque fue preparada por más de mil técnicos y profesionales de nuestro partido, muchos de ellos con larga experiencia en la gestión pública, no es un producto acabado, sino un punto de partida para acercarnos a todos ustedes con ideas y propuestas, porque queremos escucharlos y construir en conjunto, con todos los actores de nuestra sociedad, un proyecto de desarrollo nacional basado en principios democráticos, con participación ciudadana, que promueva el crecimiento sostenible, la paz y la equidad.

A partir de hoy, y durante los próximos meses, nos proponemos recorrer el país y confrontar nuestras ideas y propuestas con las de todos los sectores sociales, para que finalmente generemos entre todos un nuevo proyecto de desarrollo nacional. Hoy hemos querido mirar a Panamá con luces largas como lo hicieron nuestros fundadores a inicios de los años 70. Ellos no se detuvieron a pensar que mirar hacia el año 2000 era una meta muy lejana. Ellos tuvieron un sueño e hicieron todo lo que tenían que hacer para convertirlo en realidad. Nosotros también tenemos derecho a soñar. Este es nuestro sueño:

Visión de País 2050

Panamá es hoy, gracias al esfuerzo de muchas generaciones, un país cuyo ingreso per capita se acerca al de países de primer mundo, sin embargo, casi tercio de la población vive bajo la línea de la pobreza. Somos uno de los países más desiguales del continente. Para el año 2050 soñamos con un país sin pobreza, con un sector agropecuario robusto, con políticas sostenibles y amigables con el ambiente, con pequeños y medianos empresarios respaldados por el estado y con un movimiento cooperativo cada vez más pujante.

Hoy vemos a un Panamá con gobiernos locales fortalecidos presupuestariamente y en su capacidad de gestión, cercanos a los problemas de la gente, con presupuestos consultados y fiscalizados por la participación ciudadana, para lograr el uso más eficaz de los recursos del estado. Vemos a Panamá con ciudadanos formados de manera integral, con valores éticos, y conscientes de su capacidad de transformación de la realidad; vemos a un país libre de corrupción con un sistema judicial respetado, independiente y transparente, lejano a las presiones del poder político y económico, con fiscales y jueces que actúen de manera objetiva e imparcial.
Vemos a un país seguro y sin violencia, mediante una alianza entre la sociedad organizada y los estamentos de seguridad, y basado más en una política de prevención que de represión. Es decir, una atención multidimensional del estado mediante la educación, la cultura y el deporte.

Vemos a Panamá con un sistema educativo de calidad y excelencia, basado no sólo en el incremento de la inversión pública y privada, sino en el esfuerzo sinérgico del estado, educadores, padres de familia, empresa privada, en fin, de toda la sociedad; un sistema educativo capaz de convertirse en el principal motor del desarrollo económico y la equidad social.
Convertir a nuestro país en el líder del turismo en nuestra región, aprovechando nuestra riqueza cultural, natural y geográfica, es una de las metas de nuestra visón; un país líder en el desarrollo portuario y multimodal, aprovechando todo el potencial de nuestra posición geográfica y conectividad.

A mucho más corto plazo vemos a Panamá con una cobertura del 100% en electrificación. Hacerlo costaría alrededor de 100 millones de Balboas. Es decir, una pequeña fracción de los miles de millones que se fueron por el drenaje de la corrupción a las cuentas bancarias de empresarios y políticos corruptos en los gobiernos de Martinelli y Varela.

Visionamos un país con energía limpia y renovable, con una verdadera política de estado para este sector estratégico del desarrollo nacional y basado en una alianza público-privada, que garantice la conservación del medio ambiente y el respeto a los derechos humanos de nuestra población rural.

Es ese mismo concepto de alianza entre el sector público y privado el que nos permitirá atender en el futuro con eficiencia y eficacia la prestación de los servicios básicos de agua, electricidad y transporte, con la calidad que nuestra población merece.
En un mundo cada vez más competitivo, todo esto será posible si impulsamos de manera sostenida, desde el estado y la empresa privada, el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, privilegiando la difusión y utilización del conocimiento, al servicio del bienestar de la población.

Esa, es en forma resumida nuestra visión del Panamá del futuro.

Coyuntura Actual

Ahora bien, luego de esa mirada con luces largas a mitad de este siglo, pongamos las luces cortas para ver los obstáculos que deberemos sortear en el futuro inmediato. Después de avanzar notablemente en el fortalecimiento institucional, siendo nuevamente el único partido en Panamá con estructura organizada en todos y cada uno de los corregimientos del país, y luego de la elección de nuestras directivas distritales el próximo 8 de abril, la estructura territorial del partido estará lista para la acción. En los próximos meses realizaremos varios congresos de Frentes Sectoriales que servirán de enlace al partido con el entramado social, para llevar nuestras propuestas, ganar confianza y en su momento viabilizar nuestra gestión de gobierno.

En mayo estaremos listos para dar la señal de partida a los competidores de nuestra oferta electoral, teniendo una cancha nivelada para todos. Esta dirección política cumplirá su promesa de dirigir un proceso de elecciones primarias transparente e imparcial! Aquí no vamos a inclinar la balanza a favor ni en contra de nadie! No lo haremos para ningún cargo, y mucho menos para la candidatura presidencial!

Sólo así tendremos la autoridad moral y política para sumar a todos al triunfo del torrijismo y de nuestro pueblo el próximo año.
Ustedes pedían unidad. El partido entero pedía la unidad. La gente de afuera en las calles pedía la unidad. Nos decían: “Ustedes tienen todo para ganar pero por favor únanse!” Pues bien, la unidad institucional en el PRD es un hecho. Dejamos atrás nuestras diferencias porque hay un objetivo superior que alcanzar. Panamá necesita que el partido de Omar Torrijos vuelva a gobernar. Panamá necesita un nuevo rumbo y que la Ética Torrijista vuelva a la gestión de gobierno.

Torrijos y su generación cambiaron para siempre a Panamá e hicieron tanto con mucho menos de los recursos con los que cuenta el estado hoy, porque para ellos gobernar no era un negocio. El giro que el PRD está obligado a realizar cuando llegue al gobierno debe estar basado en esa conducta ética. Ese objetivo, el de salvar a Panamá de la mafia empresarial que nos ha gobernado por los últimos 9 años, para utilizar la gran riqueza que tenemos en favor de todos y no de nos cuantos, está por encima de cualquier interés individual.

Nadie está por encima de ese interés. Ninguna candidatura está por encima de ese interés. Compitamos de una manera ética. Aquí en este partido nadie tiene el derecho de poner en riesgo la esperanza de todo un pueblo so pretexto de ganar una candidatura, y mucho menos aquellos que aspiran a ser presidente y atacan en las redes y en los medios a la dirección política de su partido y a quienes compiten con ellos.

Como Secretario General de este partido, declaro que esta dirección política estará vigilante del proceso de elecciones primarias para garantizar una competencia sana que nos fortalezca, y no nos temblará la voz para llamar al orden a cualquier precandidato o precandidata que con sus acciones atente contra nuestro triunfo.

 

Copartidarios:

Como señalé al inicio, el momento que vive nuestro país es realmente crítico. Como la principal organización política del país debemos actuar con cautela pero con firmeza, con prudencia pero con valentía. La actitud cada vez más agresiva y abusiva del actual gobierno contra quienes lideramos la oposición, nos lleva a pensar que el actual presidente de la república pretende construir un escenario de confrontación sin precedentes en la etapa post invasión.

Lejos de actuar como un estadista, que convoca al diálogo y a un entendimiento nacional para superar la actual crisis de poder, Varela arremete con un discurso agresivo con el que la agudiza.

Quiso llevar a la Corte a la fiscal que le hizo el favor de investigar de manera sesgada el más grande escándalo de corrupción de nuestra historia, exculpando a su partido y sus copartidarios, e imputando al resto. Quiso llevar a la Corte a la esposa de uno de sus más cercanos colaboradores en el gabinete, incumpliendo en ambos casos su promesa de respetar el Pacto de Estado por la Justicia, con el que se comprometió en campaña y a inicios de su gobierno. Quiso tomar control del sistema judicial y se lo impedimos.

La oposición le rechazó sus designaciones y ahora quiere y ha jurado tomar venganza. Amenaza desde su condición de presidente con imponer su autoridad sobre un “grupito de diputados que quieren llevar al país a un enfrentamiento”. No señor, no fue un grupito de diputados el que le rechazó sus designaciones el pasado 30 de enero, fue una aplastante mayoría de 52 votos. No fue un grupito de diputados el que desmanteló la insconstitucional e ilegal Comisión de Credenciales, fue una aplastante mayoría de más de dos tercios de la Asamblea Nacional.

Y a ver, que le explique al país cómo pretende imponer su autoridad a este “grupito de diputados”? Cómo lo hará? Será acaso violando la constitución y la ley que juró defender? Será acaso abusando de su poder para estrangular económicamente a un órgano independiente del estado al que debe respetar y con el que debe colaborar en armonía? Será acaso impidiendo su funcionamiento?

A ver, Juan Carlos Varela, cuéntale al país, cómo es que piensas imponer tu autoridad ante este “grupito de diputados” de oposición? Será acaso utilizando el chantaje y la extorsión judicial, ahora que tienes control de la policía de investigaciones y del Ministerio Público? O será acaso que pretendes presionar a la Corte Suprema para conseguir un resultado deseado?

Desde esta tribuna, en mi calidad de Secretario General del partido, hago un llamado a todos los diputados de nuestra bancada para que acudamos sin falta el día de mañana a la Asamblea y de una vez por todas, junto a los diputados de las demás bancadas de oposición, tomemos la decisión que nos corresponde para nombrar la nueva Comisión de Credenciales de la Asamblea Nacional. Es nuestra facultad. Es nuestra potestad y debemos ejercerla sin más dilaciones.

Desde esta tribuna, hago un llamado a la nueva dirigencia y la bancada del partido Cambio Democrático, quienes han sido nuestros adversarios por casi 20 años, así como a los diputados de otras bancadas minoritarias, para poner a un lado nuestras diferencias y constituir una nueva mayoría legislativa, que desde ahora ponga freno a las intenciones de Varela de llevarnos en desventaja al terreno de la confrontación, en su propósito final de construir un escenario favorable a su partido hacia las elecciones del próximo año.

Y es que de eso, y no de otra cosa, es que se trata la arremetida irreflexiva e irresponsable del presidente de la república el pasado viernes en Bocas del Toro.

Él sabe que es impopular. Sabe que su gobierno es impopular. Nunca llegaron los 58 Balboas. Nunca llegó el agua y ahora hay menos. La comida sigue por las nubes y nuestros productores siguen padeciendo el abandono del estado y las prácticas comerciales desleales de importadores avivatos en complicidad con quienes debieran defenderlos. Porque para ellos la gestión pública es un negocio. Varela sabe todo esto.

Su plan es sencillo: Arrinconar a la oposición utilizando el aparato judicial. Presenta en la figura del ministro Etchelecu a un señuelo que cargue con el descontento popular hacia su gestión, mientras su hermano, presidente y representante legal del partido, es el jefe de campaña de quien realmente será su candidato: el alcalde del distrito capital. El mismo que con la mal llamada descentralización incrementó su presupuesto en más de 150 Millones. El mismo que contrató con Odebretch más de 100 millones en aceras. Esa jugada está vista y cantada.

Contrario a lo actuado por el panameñismo, que confronta y divide a la sociedad, con el propósito de gobernar en medio de la debilidad de nuestras instituciones e imponerse a ultranza en las próximas elecciones, cuando al PRD le ha tocado gobernar lo ha hecho generando consensos y diálogos para resolver los problemas y superar las crisis. La Concertación Nacional y el Pacto de Estado por la Justicia, por citar dos ejemplos entre muchos, impulsados en los gobiernos de Pérez Balladares y Martín Torrijos, permitieron al país avanzar y hacer los cambios que exigían esos momentos.

Pero Varela hace todo al revés. Cuando debe convocar, intimida. Cuando debe unificar, divide. Cuando debe conciliar, confronta.
Y una cosa debe quedar clara: El PRD estará siempre dispuesto al diálogo por el bien del país, pero con respeto y sin chantajes ni intimidaciones de ninguna índole.

Por eso y mucho más, este partido, su dirección política y su bancada, no podemos dar nuestro brazo a torcer, porque lo que estamos enfrentando es el reto histórico de nuestra generación. Ganar el gobierno es más que un compromiso. Es un deber. Sacar del poder, de una vez por todas, a los mercaderes de la política y devolverle la esperanza a nuestro pueblo, con un gobierno honesto, solidario, revolucionario y democrático, es el mejor homenaje que podemos hacerle a Omar y a nuestros fundadores. Lo declaramos hoy, y lo cumpliremos, Dios primero, a partir del próximo año.

¡Muchas gracias!
¡Viva el PRD!
¡Viva Omar Torrijos!
¡Viva Panamá

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